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Celestino Arce, fotorreportero

Sala de exposiciones CASYC_UP

Hasta el 29 de noviembre de 2024

De lunes a sábado de 18 a 21 h| Entrada libre

Con la colaboración de la APF (Asociacionismo Profesional de Fotoperiodistas Cántabros) y la Fundación Caja Cantabria

Ucrania: Luchar o desaparecer

“Todo va a estar bien”. Me dice Iván, un soldado ucraniano, con la mirada ligeramente perdida justo
antes de abrir la puerta del bunker subterráneo para volver al frente de combate a poco más de un
kilómetro en la región de Zaporizhia El cansancio es patente después de numerosas guardias y poco
dormir. Recoloca su fusil de asalto en un hombro, y el lanzacohetes antitanque en el otro, para
desaparecer en la neblina que deja la lluvia fina.

“Todo va a estar bien”. Se despide Natalia, la profesora del circo del teatro de Kostiantinivka, una
pequeña ciudad del Donbass, que da acceso a los frentes de Bakhmut y New York. Ya no hay nadie a
quien enseñar sobre un trapecio, o mantener el equilibrio sobre rodillos. Se ha evacuado a los niños a
quienes daba clases, el teatro ha sido destrozado por los misiles rusos, y se juega una lotería mortal en
las calles esperando que no sea el día en el que un cohete ruso en el mercado local, o en casa
durmiendo, acabe con todo.

“Todo va a estar bien”. Me repite «Bober», así le llaman sus camaradas del batallón, «el Castor», mote
que se ganó en los combates en el aeropuerto de Donetsk años atrás, por su persistencia y constancia
para tomar posiciones, como un castor va cortando el árbol poco a poco. Se viste, cuenta su munición
y me enseña sonriendo el casco con su mote antes de salir de madrugada a las trincheras de Posad
Pokrovske, en el frente de Mykolaiv, que avanza hacia la ciudad de Kherson. La noche anterior cocinó
borsch para todos.

«Todo va a estar bien» se ha convertido en un hilo de esperanza que une a un país desgarrado por la
guerra, un hilo que se hace mas fino con cada misil y proyectil ruso que arrebata vidas, pero que se
endurece con la firme determinación de seguir adelante. Cuando todo se desmorona alrededor, Ucrania
se encuentra ante una disyuntiva crucial: luchar o sucumbir ante las fuerzas que amenazan su
existencia. Esta guerra no solo destruye, también revela la fortaleza inquebrantable de quienes se
niegan a ser borrados del mapa de la historia.

   Celestino Arce